Prestas las avionetas cargadas con hojas de Coca, sandwiches, alfajores y cerveza, aterrizan en los campos santafesinos. Patos y gallaretas espantadas, cruzan veloces los alambrados al ver los plateados vehículos procedentes de Paraguay o Bolivia, aterrizar en los arrozales que vieron nacer al poeta Julio Migno Parera.

En la etapa previa de la represión, figura la preparación y planificación de la misma. Y esta es la conclusión a la que se arriba cuando se pone atención a los dichos.

La información dice que, próximamente se licitará la compra de 100 pistolas de electroshock, mientras que también otras 100 armas a base de dióxido de carbono que disparan proyectiles cinéticos, además de bodycam y cartuchos adicionales que serán destinados a la Policía.

Es sugestivo que, estas armas -no letales- se licitan justo días antes de las elecciones a constituyentes y en un año “Caliente” a nivel nacional.

Uno de los funcionarios de la “Troupe” radical – socialista- pro de la entente que ocupa el sillón del brigadier López y las adyacencias, especificó como si fuese un cirujano:

“la pistola de electroshock "tiene una caja negra donde queda almacenado el momento en que se desenfunda, la tensión de corriente que se dispara al agresor, la intensidad de corriente que circula, cómo impactaron los dardos, pero además de eso, el agente tiene una bodycam en el pecho que siempre está grabando, lo que permite tener un registro fílmico del contexto en el cual el arma fue desenfundada".

“Electroshock”. El gobierno no habla de mamógrafos, tomógrafos y material de avanzada para los hospitales. Propone dosis de violencia sobre trabajadores, huelguistas, laburantes. Falta que aplique el protocolo de Patricia Bullrich y los santafesinos tengan que caminar sobre las veredas.

Un dato: la inflación de marzo en la provincia, pasó por encima el acuerdo paritario. La clase trabajadora empobrecida, mientras que el Gobierno gasta fortunas en afiches, armas para reprimir huelgas y prepara un “estofado” electoral con la complicidad de locutores, asistentes de teleprompter, y conductoras con rodilleras, ante el onanismo de un gobierno que no da pie con bola, y sigue repartiendo cargos mientras avanza en el proyecto político más caro de la historia.