“No sabemos a dónde van a enviar a los policías, si los van a reubicar o si se quedarán sin trabajo. Pero lo peor es que nos quitan la poca seguridad que teníamos”, lamentó Marta, vecina del barrio.

Uno de los principales reclamos de la comunidad es la falta de información previa y la ausencia de un plan claro sobre cómo se mantendrán los patrullajes y la respuesta ante delitos. “¿A quién vamos a denunciar los robos? ¿Cómo vamos a quedar sin una comisaría cercana?”, se preguntan los habitantes del sector, preocupados por el posible aumento de la inseguridad.

Desde el Ministerio de Seguridad aún no hubo declaraciones oficiales sobre el destino del personal policial de la seccional. En tanto, los efectivos afectados expresaron su malestar por la falta de certezas respecto a sus futuras asignaciones, lo que genera preocupación dentro de la fuerza.

Mientras la comunidad y los policías esperan respuestas, el barrio Fomento 9 de Julio queda sumido en la incertidumbre. El pedido es claro: información, planificación y garantías de seguridad para todos los vecinos.