La inmediatez, velocidad y rapacidad con la que responden las necesidades de negocio del municipio resulta alarmante. Sebastián Mastropaolo, cuñado de Gastón Puygros, denunciado por violencia de género y acoso, ha sido clave en este entramado. Se señala que Mantelectric, una empresa que ha logrado hacerse con la totalidad de las licitaciones relacionadas con el alumbrado público en diferentes municipalidades, se encuentra ahora al frente de este nuevo contrato.

Es notable destacar que los vínculos de la empresa con figuras cercanas a Mauricio Macri y Nicolás Caputo son ostensibles y obscenos.

Mantelectric, líder de la patria contratista de la Ciudad de Buenos Aires, se encarga de diversas áreas como el alumbrado e iluminación ornamental, así como el mantenimiento de espacios verdes y obras en hospitales. Su fuerte concentración en la zona norte de la capital, la que más “money” maneja, no es una casualidad.

Desde la empresa han admitido conocerse con Nicolás Caputo, un estrecho amigo de Macri, aunque niegan -por supuesto- la existencia de una relación a la que atribuyan la obtención de licitaciones.

Pero no solo eso: la controversia aumenta con la afirmación de que Mantelectric aportó fondos para la campaña del PRO, partido que representa el “monje negro” Mastropaolo en la gestión Poletti. Esta situación ha suscitado rumores que vinculan la victoria en la licitación con posibles favores derivados de esos aportes económicos.

Ante estas acusaciones, surge una pregunta pertinente: ¿fue Mantelectric un contribuyente en la millonaria campaña de Poletti? ¿De dónde salieron las fastuosas sumas de dinero para empapelar toda la ciudad con gigantescos paneles?

Esta cuestión espera respuesta por parte del actual intendente, quien enfrenta crecientes críticas por su gestión. Un parque automotor desguazado e incumplimiento de obligaciones laborales dan un marco de irregularidades a su gestión.

El desencanto con Poletti es palpable. Su entorno, compuesto por negociantes y mercaderes, ha transformado la Municipalidad en un refugio para las prácticas más cuestionables de la política. Lo más preocupante es que Poletti, quien llegó al cargo con la imagen de un outsider, parece al tanto de todo lo que acontece y, sin embargo, elige mantenerse en silencio. La comunidad espera explicaciones claras y acciones que garanticen la transparencia en la gestión pública.