Pero ¿qué pasó? En julio, al corte, se cruzaron los datos con la ANSES, y (algún inepto/a) generó un “alta” de quienes tenían la “Certificación negativa” de la Anses. O sea: tomaron como un “ingreso”, una humilde beca que el propio gobierno otorga a quienes lo necesiten.

Esto significó que miles de jóvenes en la provincia, desde agosto vieron interrumpidos sus servicios como afiliados. Tratamientos odontológicos, quimioterapia, nefrología, fueron dados de baja por considerar “Iapos”, que la beca “Progresar” era un logro social, como una especie de impuesto a la riqueza.

Dos cosas quedan en claro: mientras sigue el festival de nombramientos en el gabinete de Maximiliano Pullaro, bajan línea con las corporaciones políticas y empresariales para ejercer el recorte en medicamentos, poner más y más trabas burocráticas para los afiliados, con el fin de beneficiar a oscuros intereses que tienen que ver con farmacias sindicales, médicos sin rostro ni firmas que autorizan o no tratamientos, y un sistema en PlayStore que anda en ciertas horas.

Santa Fe entra en una etapa de ajuste brutal para algunos, mientras que para otros, la joda continúa. Mileísmo al palo en la provincia de Juan de Garay.