El personal policial del turno de las 7 de la mañana descubrió la fuga al percatarse de la ausencia de nueve detenidos. Según los primeros informes, la evasión ocurrió entre las 5 y las 5:30 de la mañana.

El candado de la subcomisaría fue forzado, las rejas estaban arrancadas y la mampostería resultó dañada, según constataron los agentes al realizar un recuento. En ese momento, la dependencia albergaba a 23 detenidos, superando la capacidad designada para doce personas, según indicaron fuentes gubernamentales.

Los fugitivos fueron identificados como Enrique Quintana, Mauro Monzón, Joel Altamirano, Hernán Molina, Enrique Molina, David de la Rosa, Claudio Sánchez, Emiliano Vega y Maximiliano Quiróz.

La fuga fue notada por los residentes cercanos a la dependencia policial, quienes escucharon ruidos en los techos de sus viviendas. El fiscal de Violencia Institucional de Santa Fe, Ezequiel Hernández, fue informado y ordenó medidas para recapturar a los evadidos.

En la búsqueda se sumaron los miembros de la Guardia Rural Los Pumas, quienes se desplegaron en las aguas de las islas cercanas para ampliar el operativo.

Además, según fuentes judiciales, el fiscal ha solicitado investigar la posible complicidad policial en la fuga de los nueve presos. Según portavoces del caso, entre los prófugos se encuentra uno procesado por homicidio, otro por tenencia de drogas con fines comerciales, y el resto enfrenta acusaciones por tenencia ilegítima de armas de fuego, lesiones y robo.